"Una venta más personalizada" (colaboración con Karla Jiménez Comrie publicada en Vivir+, La Prensa, 18 de marzo, 2014).

"...estas fotografías permiten ver aspectos de la vida de otras personas o de famosos, que antes era imposible conocer sin contar con una cercanía evidente con ellas. La forma en que exponemos nuestras vidas ha cambiado, al contar con un número elevado de seguidores podríamos sentir que formamos parte de algo o que estamos menos solos, aunque el caso sea contrario."
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Desde la industria cosmética y el campo de la moda e, incluso, las organizaciones sin fines de lucro, encuentran en los autorretratos una oportunidad para promover de manera personalizada sus productos.

“Es una manera de incorporar a la audiencia en el anuncio”, sugiere un artículo publicado en enero por el periódico español El País.

Juan Cruz Soares Gache, de la agencia de estrategias de comunicación en línea Social Snack, explica que desde que tomó popularidad, el selfie se ha convertido en un acto divertido del que cualquiera puede formar parte.

El listado publicado por la revista Time, que coloca a la ciudad de Panamá como una de las ciudades latinoamericanas con mayor número de autorretratos, es una oportunidad que ya comienza a generar frutos en algunas campañas locales a través de redes sociales cibernéticas como Instagram, Twitter y Facebook, principalmente.

Soares Gache menciona como ejemplo la campaña “El pollo pechugón” de la empresa alimenticia Toledano, aunque tampoco escapan los artistas y entidades sin fines de lucro que se suman a esta táctica.

En el ámbito internacional, los selfies en ropa interior de los artistas estadounidenses Fergie y Tray Songz forman parte de la nueva campaña publicitaria de Calvin Klein, mientras que la firma de jabones Dove apuesta por utilizar a mujeres de la comunidad, y la franquicia de la saga cinematográfica Star Wars se apoya en supuestos autorretratos de su villano Darth Vader.




Cercanía simulada.

Además de llevarse el título de “palabra del año” en 2013, según el Diccionario Oxford, el selfie sobresale como una de las actividades más prolíficas en línea, según la compañía analista de redes sociales Unmetric (Blog.unmetric.com).

Cerca de 73 millones de fotografías etiquetadas bajo el término #selfie han sido publicadas en los últimos tres años, enumera.

Así, desde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hasta el papa Francisco utilizan las bondades del internet, con el afán de obtener “mayores posibilidades de encuentro y solidaridad”, según palabras del sumo pontífice.

Empero, la aparente cercanía que podrían proporcionar estas fotografías no es tan real.

El psicólogo clínico Ezequiel Meilij explica que estas fotografías permiten ver aspectos de la vida de otras personas o de famosos, que antes era imposible conocer sin contar con una cercanía evidente con ellas.
“La forma en que exponemos nuestras vidas ha cambiado”, dice el psicólogo, quien añade que al contar con un número elevado de seguidores podríamos sentir que “formamos parte de algo o que estamos menos solos, aunque el caso sea contrario”.

Según Meilij, un selfie carece de connotaciones por sí solo. No obstante, en su utilidad se pueden sacar distintas variables.

En ese sentido, el psicólogo clínico recalca que los usuarios en línea muestran una “personalidad editada” o un ideal de cómo les gustaría ser vistos, en lugar de la realidad.

“Subimos fotos únicamente con nuestro mejor ángulo, los logros y éxitos. Rara vez mostramos aquellas imágenes en donde salimos mal”, concluye el experto.


Este artículo fue publicado originalmente en Vivir+ de La Prensa, el martes 18 de marzo, 2014. Enlace original: http://www.prensa.com/impreso/vivir/venta-mas-personalizada/293639

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