Neuroanatomía de las emociones V: El giro cingulado.

El 26 de noviembre del 2012, asistí al seminario “Neuroanatomía de las emociones”, dictado por el Dr. Ricardo M. Vela y organizado por la Sociedad Panameña de Psiquiatría.

El Dr. Ricardo M. Vela es Director de Paidopsiquiatría y Psiquiatra en jefe de Servicios al Niño y a la Familia de la Asociación de Salud Mental del Condado de North Suffolk, Estado de Massachusetts y Profesor Asistente en Psiquiatría del Massachusetts General Hospital (Boston). Durante cinco horas, el Dr. Vela nos llevo en un viaje sorprendente a través del sistema límbico, explicando su estructura anatómica y funcional y cómo contribuye a la expresión específica de las emociones y conducta de apego y sus implicaciones en el autismo.

Nuestra parada anterior fueron los núcleos septales, ¿estamos listos para continuar nuestro viaje a través del sistema límbico? ¡Bienvenidos al giro cingulado!




El giro cingulado en poco más de 100 palabras.

El giro cingulado también conocido en neuroanatomía como giro del cíngulo, circunvolución del cíngulo, giro cingular, gyrus cinguli o cingulum es una circunvolución o gyrus en el área media del cerebro que cumple funciones determinantes en la actividad cerebral del sistema límbico.

Esta parte del cerebro envuelve parcialmente al cuerpo calloso (corpus callosum) que es por su parte el nexo entre los dos hemisferios cerebrales; concretamente el giro cingulado está delimitado por un área llamada cisura callosa marginal o surco cingulado.

Se considera que el giro cingulado es parte integrante del sistema límbico y que se encuentra involucrado en la formación de emociones, procesamiento de datos básico referidos a la conducta, aprendizaje y memoria.

Funciones del giro cingulado.

El giro cingulado es el encargado de procesar y modular la expresión de los matices emocionales (es decir, esas emociones más sutiles y matizadas) y del aprendizaje y vocalización emocional. También tiene que ver en la formación de apegos a largo término, el comportamiento maternal y el inicio de comportamiento orientado a metas motivacionalmente significativo.

El área supra-modal integra los estímulos motores, táctiles, autonómicos y emocionales. El giro cingulado permite que experimentemos tanto el dolor psicológico como el físico y su estimulación eléctrica produce ansiedad, placer, miedo, erecciones peniles y agresión.

Es capaz de producir “sonidos emocionales” que no reflejan nuestro estado de ánimo actual, es decir, es el área que nos permite fingir lo que sentimos o pretender sentir otra cosa, por lo tanto, está asociado a la libre voluntad y al control voluntario y engañoso del comportamiento.

El giro cingulado y el apego maternal.

¿Sabían que el giro cingulado nos permite producir sonidos emocionales? Es decir, aquellas vocalizaciones que reflejan nuestro estado anímico y comunican nuestras necesidades, tal como el caso del llanto del infante cuando es separado de su mamá. Los sonidos infantiles promueven el comportamiento íntimo maternal.

¿Saben qué sucede si el giro cingulado de la madre se lesiona? Se pierde la respuesta maternal, y los infantes mueren por falta de atención y cuidados.

Disfunciones del giro cingulado.

En cingulotomías bilaterales realizadas a pacientes con depresión severa, estados psicóticos y TOC (trastorno obsesivo compulsivo) éstos se tornaron apáticos, emocionalmente embotados y socialmente inapropiados. Daños, lesiones o disfunciones en otras áreas pueden ocasionar falta de vocalizaciones (emocionales), tartamudeo y mutismo.

El circuito cingulado-subcortical anterior media en nuestra motivación y disfunciones en esta área resultan en apatía, desinterés, aplanamiento afectivo, pérdida del afecto y valencia emocional reducida en las interacciones ambientales.

Síndrome medial frontal.

El Síndrome medial frontal (un impedimento que ocurre debido a enfermedad o trauma cerebral) produce apatía (perdida de la motivación, reducción de actividades orientadas a metas); expresión aplanada e inmutable; ausencia de interés, intensidad emocional y preocupación emocional por eventos; reducción del pensamiento generativo, curiosidad disminuida, involucramiento decreciente con actividades usuales, y falta de preocupación por sí mismo, la familia o el futuro.

Su forma más severa se conoce como “mutismo akinético”, un estado casi vegetativo en el cual el paciente se encuentra despierto, no está paralizado y puede seguir con la mirada. Comerá si es alimentado, orinará o defecará si es llevado al baño. Ocasionalmente, podrá cambiar de postura e incluso pronunciar palabras. No responde al dolor y parece tener un desinterés total. Este síndrome es a menudo fatal.

Anormalidades neuroanatómicas en el autismo.

Si prestamos atención a muchas de las manifestaciones producto de lesión en el giro cingulado, recuerda mucho a los trastornos del espectro autista, llevándonos naturalmente a estudiar las anormalidades neuroanatómicas del giro cingulado en el autismo.

En pacientes con autismo, se notan anormalidades morfológicas y malformaciones corticales en el cerebro. Hay un incremento de las neuronas de materia blanca y menor densidad de células en áreas específicas del giro cingulado.

La corteza del giro cingulado es la estructura límbica más grande y forma la capa superior del cerebro emocional (en el cerebro autista, esta área es inusualmente gruesa o áspera y pobremente laminada).

Atiende a, evalúa y reacciona a comportamientos complejos y nuevos y monitorea las conductas salientes. Está involucrada en el procesamiento y modulación de expresiones de matices emocionales. También es crítica en la formación de apegos a largo plazo y comportamiento maternal.

Recordemos que nuestra corteza del giro cingulado nos permite producir sonidos emocionales y el llanto por separación, sin embargo, los niños con autismo parecen más felices cuando se les deja solos, no se vuelven hacia otros para expresar sus sentimientos, buscar confort físico (contención) ni responden a expresiones de emociones. También pueden fracasar al discriminar entre distintos adultos.

Estudios demuestran que primates con lesiones en el área cesan de demostrar afecto y caminarán sobre otros primates si estos son un obstáculo, de forma similar como los niños con autismo actúan como si las demás personas no estuviesen presentes y se mueven entre otros niños como si estos fueran muebles (hago la salvedad de que no estamos comparando niños con autismo con primates, sino comparando comportamientos).

De esta manera concluye la quinta etapa de este viaje a través de la neuroanatomía de las emociones y los invitó a leer el próximo post al respecto, donde les contaré más acerca de lo que aprendí en una tarde con el Dr. Ricardo Vela sobre la teoría de dos hits de la esquizofrenia.

¡Hasta entonces!

Izzy.

Links relacionados:
Neuroanatomía de las emociones I: El sistema límbico.
Neuroanatomía de las emociones II: El hipotálamo.
Neuroanatomía de las emociones III: La amígdala.
Neuroanatomía de las emociones IV: Los núcleos septales.

1 comentario:

  1. Super interesante.... gracias. Podrias recomendarme un libro que mencione las lesiones del giro cingulado por favor?

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